domingo, 11 de octubre de 2009
FUTBOLMANIACO #6: El rayo que cae dos veces
Dicen que un rayo no cae dos veces en el mismo lugar…
En 2001, el Aztecazo fue el síntoma inequívoco que México estaba en el peor momento futbolístico. El multi ganador con Toluca, Enrique Meza, sucumbía ante la realidad, no podía con la selección mexicana de fútbol. Un puesto que necesita más que estrategia y buena vibra; necesitaba personalidad y muchos tanates.
Aguirre llega a un equipo desahuciado, con posibilidades mínimas de calificar al mundial de Corea-Japón. A pesar de haber ganados títulos con Pachuca, era un técnico aparentemente inexperto para tomar el mando, algunos habían olvidado que era la mano derecha de Miguel Mejía Barón en el mundial de 1994. Él llegó y en el partido más importante contra Estados Unidos, rompió todos los pronósticos. Ganó, no se sabe cómo o por qué pero ganó.
Muchos criticaron que convocara a un jugador que iba saliendo de una lesión que lo retiró de las canchas y frustró un bue accionar en Europa. Blanco no estaba a nivel, en el Valladolid no lo ponían a jugar, pero a el “Vasco” no le importó. Fue determinante en aquellos triunfos de visitante, sobre todo contra Jamaica donde él estuvo para definir.
Llegaba ese día, en el estadio Azteca. Honduras juraba que repetiría la hazaña de Costa Rica y vencería al anteriormente llamado “Gigante”. México necesitaba ganar sí o sí, por marcador de dos goles de diferencia para aspirar a calificar. Ahí brilló Cuauhtémoc, estando allí, mesiánico como en aquella victoria ante Brasil, listo para ser el hombre del partido. En aquella ocasión también anotó Juan Francisco Palencia, quien había tenido una Copa Libertadores soñada que más tarde le permitiría jugar en España.
Momentos gloriosos, inolvidables y aparentemente irrepetibles…
Javier Aguirre, después del mundial y la imperdonable derrota ente Estados Unidos emigró en España, salvando a Osasuna del descenso, para finalmente colocarlo en zona de Champions League. Después dio brillo al legendario Atlético de Madrid, del cual hizo un equipo serio que volvió a los primeros planos del fútbol mundial.
Cuauhtémoc regresó para hacer lo que mejor hace: jugar al fútbol y callar bocas. Hace líder al Veracruz, regresa a su amado América para ser campeón y sub campeón; y finalmente emigra para ser rey en el fútbol norteamericano. Por diferencias con Sven Goran Ericsson dejó la selección, nadie deseaba que eso fuera definitivo.
Juan Francisco Palencia regresó a México después de una participación decente con el Espanyol. Jugó en Chivas donde fue sub campeón, pero donde ha tenido una etapa interesante y un “revival” fútbolístico ha sido en Pumas de la U.N.A.M. Con su determinación y ganas se identificó de inmediato con la garra y mística universitaria. Pieza clave en el actual monarca del fútbol mexicano.
En 2009, a este equipo no lo levantaba nadie...
Todo mundo pidió a Aguirre cuando se fue Hugo Sánchez, todo mundo lo pidió cuando Sven se fue. Y sin saberlo, todos pedían lo imposible, todos sabemos que un rayo no cae dos veces en el mismo lugar, pero creíamos que él podría hacer el mismo milagro (en mayor o menor medida). Circunstancias similares hacían parecer al Vasco como destinado a repetir la hazaña. Su primera derrota en El Salvador tumbó ilusiones.
Yo sigo pensando que la Copa Oro fue lo mejor que le pudo pasar al nuevo entrenador. Tiempo con los jugadores, alejados un poco de la presión de la prensa mexicana (y digo un poco por las marcas personales que hace la televisión en ellos). La confianza se logra con victorias y estas llegaron, algunas lógicas y otras de manera inesperada. La victoria contundente ante el Estados Unidos B fue un respiro de una selección que todavía tenía un futuro incierto por delante.
Como hace ocho años, en el Azteca México recibía al odiado rival, otra vez líder del hexagonal final de la CONCACAF. Otra vez un partido de vida o muerte, otra vez goles milagrosos, de nuevo México destrozaba pronósticos. En San José fue la confirmación de que México en verdad quería ir al mundial, derrotando de forma soberbia a un Costa Rica débil y despidiendo a Rodrigo Kenton del banquillo. También cayó Honduras.
Y cual serpiente que se devora a sí misma, volvía el mismo escenario y los mismos protagonistas para el mismo objetivo. El Salvador aún tenía esperanzas, como Honduras hace ocho años, y ambas murieron a manos de la selección mexicana. México jugó como debía, se superó a sí misma y demostró que todavía se juega mejor en este lado del continente.
Otra vez Aguirre, Cuauhtémoc… y hasta Palencia.
El rayo volvió a caer en el Azteca de manos de estos individuos, Aguirre logró el milagro, Blanco fue el jugador definitivo que siempre ha sido y Palencia nos recordó que aún hay más a pesar de su veteranía. Inmerecida si tomamos en cuenta todo el proceso, merecida si tomamos en cuenta lo sucedido hace meses. Ya nada de eso importa. México continúa como invitado al mundial desde 1994, para alimentar las pasiones de un pueblo cuya realidad es tan frustrante que su único entretenimiento es ver a 11 de los suyos competir ante el mundo con un balón en los pies.
Como diría la mítica selección del 94: “Nos vamos al mundial, nos vamos al mundial”. =)
miércoles, 12 de agosto de 2009
Isabel Ferguson, reportera de CNN - Expansión dice: Las piernas mexicanas, a la baja
Platicando con mi gran amiga, Isa Ferguson, me presumió una nota que publicó para el medio en el que trabaja y obviamente al tratarse del tema que nos apasiona me tomé la libertad de querérselas mostrar. Me parece interesante el enfoque.
Aquí el link:
Las piernas mexicanas, a la baja
lunes, 27 de julio de 2009
En las malas no eramos peores y ahora en las buena no somos los mejores...
Hoy que podemos gritar, algunos con mesura, otros no tanto (calculan que aprox. 10 mil aficionados fueron al ángel a festejar el campeonato) la victoria y mejoría de nustra selecta, quiero resaltar puntos importantes de lo que significó esta Copa Oro para nuestro futbol, así como me gusta escribir, ¡al grano!
1. El campeonato: Ya cualquier rival del área se medía con México de tú a tú por lo menos en sus medios, periódicos ticos, catrachos, chapines, etc. no reconocen a México como el rival a vencer dentro del área. este campeonato les recuerda que el título al mejor de la CONCACAF nos pertenece por lo menos un rato más.
2. Gio,Vela y Juárez: Sí, esos tres "chavitos" que nos ilusionaron, que llevaron a México, junto con el equipo sub 17 y Chucho Ramírez a tocar el éxito. ¿Por qué pongo a Juárez? porque fue parte de esa generación que ganó el mundialito sub 17 y además jugó una Copa Oro excelsa, teniendo su mejor partido contra Costa Rica. Ver jugar a estos 3 el certamen me da para pensar que ya empieza a recuperarse el buen futbol. Gio se llevó el título al mejor jugador del torneo, por cierto.
3. CONFIANZA: El 12 de Octubre el rival es el mismo, en teoría, pero en la práctica viene el equipo fuerte que logró el subcampeonato en la Confederaciones, faltó Donovan, Onyewu y compañía, pero el mazaso anímico fue claro, E.U.A. tuvo su motivación al completar una Confederaciones buena (con todo y que pasaron de rebote a las finales, porque sus primero partidos fueron una vergüenza) pero México ganó un campeonato que significó despegarnos de la igualdad de ocasiones en conquistarla con los propios gringos (ellos 4, nosotros 5) y con goleada en su propia casa.
4. La consolidación del Vasco Aguirre como la decisión acertada para salvar la calificación al mundial.
5. El que la gente excéptica se pónga la camiseta y crea que podemos llegar al 2010 con buen futbol y en el mejor nivel posible.
No eramos los peores, faltaba trabajo en equipo y ahora tampoco somos los mejores, falta ir al mundial y ser campeones del mundo. Se vale soñar, ¿no?
viernes, 10 de julio de 2009
pero que... le pasó... al vasco!
martes, 30 de junio de 2009
FUTBOLMANIACO #5: Estados Unidos o la negación del fútbol
Sin embargo, no por ardido, ni por envidia (que debería tenerla), ni por pensamientos izquierdistas (yo SÍ tomo aguas negras del capitalismo yanqui), mucho menos porque me caigan gordos (que me caen, pero eso es aparte). Simplemente no me gusta como juegan: encerrarse atrás, plantar a seis jugadores en el área chica, dominar el contragolpe, morder en cada esquina del campo para compensar falta de técnica individual, la incesante obsesión por el juego físico y mecánico. Un conjunto frío, que propone destruir en vez de construir.
Es cierto lo que muchos decían: el mundo experimentó lo que sufre México cada que viaja a los Estados Unidos. Nosotros sabemos cómo juegan, conocemos que sólo uno o dos tienen técnica individual y que te joderán los 90 minutos, esperando el error, deseando la desesperación y los desatinos contrarios (que en cada minuto aumentan) para matar. Odié que en la transmisión de la final, un comentarista de televisa llamado Paco Villa dijera que ese tipo de juego le parecía “espectacular” y que la actuación gringa impondría el “respeto de nuestra zona”. Quizá el respeto se lo haya ganado Estados Unidos y el reconocimiento del área será cuando más de dos equipos de CONCACAF pasen de la primera ronda de un mundial. Mientras tanto sólo la disciplina de Estados Unidos los salva a ellos mismos.
Efectivo lo es, hasta comprensible por las características de los jugadores pero… ¿De veras les gusta un fútbol así? ¿Qué el fútbol no es un juego donde el objetivo más grande es anotar en la portería contraria? ¿De veras puede disfrutar un aficionado americano que tu equipo no tenga el balón? ¿No les dará envidia lo que puede hacer Cristiano Ronaldo, Messi, Kaká, Ribery o Drogba con el esférico? Si el objetivo primordial es anotar para ganar, el juego de Estados Unidos es un catenaccio con esteroides, la negación misma del fútbol.
Italia, el equipo que inventó la estrategia “de candado”, podríamos colgarle medallas similares a los estadounidenses, pero con la azzurri hay una diferencia abismal. Tiene un gran número de jugadores con técnica individual, la llegada de sus laterales, pueden permitirse la finta, el encare, el toque fino más que el desempeño físico. Cualidades que sólo Landon Donovan tiene. Onyegu, Altidore (aún siendo delantero centro), Bradley y ocho más defienden, sólo Dempsey, Davies y el ex jugador del Galaxy arman un contragolpe. Lo siento, no le hallo gracia.
No sé ustedes, pero a mí me cagó durante diez años el juego de Manuel Lapuente/Raúl Arias en Necaxa, nombrado por televisa “el equipo de los noventa”. Cuchillo Herrera, Becerril, Vilches, Higareda y algunos otros que durante años se dedicaron a destruir para que “ratón” Zárate, Sergio Vázquez, Pedro Pineda, Ricardo Peláez, Luis Hernández y otros definieran después de ceder el control del juego al equipo contrario. Todavía recuerdo ese partido ante Atlético Celaya donde “los rayos” ganaron un campeonato sin meter un solo gol en el estadio azteca. O esa que todavía le duele a los de Chivas, donde en el mismísimo Jalisco, ante la mejor etapa de Ferretti, perdieran de último minuto.
Insisto, es efectivo, pero no es espectacular; meritorio, sin embargo frustrante. Si todos los equipos jugaran así, creo que no me gustaría el fútbol, no sólo a mí, también a muchos. No creo que los grandes jugadores cuesten tanto por su disposición al sacrificio táctico, sino al nivel técnico. El fútbol es espectáculo, está diseñado para que la gente lo vea, para que pasen cosas, para que la gente grite el gol que sucede en el campo de juego, para ver más que la demostración física (para eso hay otros deportes), para presenciar a gente fuera de lo común, haciendo cosas extraordinarias. El fútbol no es sólo defensa, no puede basarse sólo en eso, en la negación de las emociones esenciales del deporte más hermoso del mundo.
Fue lindo encontrar dos ideas futbolísticas tan contradictorias en la final de la Copa Confederaciones y medirlas. Estados Unidos, fiel al estilo que le conocemos (y que el mundo no conocía) ocupando todos los espacios y siendo letal en los dos latigazos que tuvo. Brasil, la magia hecha balompié, desesperada antes las dificultades para jugar, viéndose en algunos momentos sin opciones. Vimos cómo la determinación carioca pudo vencer a la gran defensiva gringa, no sólo bastaba el talento para superar la rigidez y la disciplina del contrario por incomodarte, hacía falta respeto por el rival y la voluntad inquebrantable para superar la adversidad.
Estados Unidos está cómodo, no dudo que, a pesar de la derrota haya satisfacción entre los dirigentes y en aquella afición que no sólo siga a las mujeres (ellas sí juegan bonito). Es una bocanada al ánimo y no dudo que en el Mundial mínimo lleguen a cuartos de final. Aún así, su juego no me gusta. Ser el mejor no sólo significa ganar el partido, sino superar en cada aspecto del cotejo al rival. Bajo esa premisa cada vez derrotan al mundo en Beisbol, Basquetbol y en disciplinas olímpicas, no hay nadie mejor en fuerza, resistencia, técnica y habilidades natas. Pero el fútbol (el verdadero semánticamente, que se juega con los pies y no con las manos) que mama de los resultados positivos, es un campo que todavía no logran dominar por completo. Quizá deban suavizar un poco lo mecánico y darse la oportunidad de disfrutar lo que todos amamos del juego.
lunes, 29 de junio de 2009
¿Le sorprende el nivel de la selección de fútbol de Estados Unidos de América?
Estas últimas semanas, los mexicanos hemos sido testigos de una Copa Confederaciones sorpresiva, en principio porque el lugar de la CONCACAF lo ocupó el rival eterno de los nuestros, Estados Unidos, pero principalmente por que estos últimos, contra todos los pronósticos se plantaron en la final e incluso acariciaron la gloria por algunos segundos. Después la lógica se impuso.
Ahora México tuvo que vivir la copa sólo por televisión y mientras unos profesan su odio expreso contra los del norte, otros preferimos analizar el por qué los “gringos” han llegado hasta dónde han llegado. Dos simples palabras que si se entrelazan y se ocupan sabiamente pueden hacer maravillas:
- Trabajo: En la década de los noventas, México dominaba a placer el área, le metía cualquier cantidad de goles a las selecciones dentro de su confederación y pasaba de manera cómoda a los mundiales, mientras E.U.A. tenía un boceto de liga en un país dónde además el fútbol o “soccer”, como ellos lo llaman, no captaba el más mínimo interés de la población. Aún así se planeó una liga que ahora ha sabido crecer y tener algunas estrellas de todo el mundo como Cuauhtémoc Blanco, Guillermo Barros Schelotto y el mismísimo David Beckham. Otro punto importante a destacar, además de la organización y la paciencia es que en un principio la selección tenía muchos naturalizados (aún los hay actualmente aunque en menos cantidad) lo que al parecer permitieron enriquecer su futbol y crear escuela.
- Dinero: Sí, al ser un país que se “olvida” de asuntos como la pobreza, seguridad, educación, etc. Es claro que pueden destinar el presupuesto en programas de desarrollo social enfocándose en el deporte, no es nuevo ver a Estados Unidos en los primeros planos mundiales de casi todos los deportes. En el futbol era cuestión de tiempo.
Además de copiar sus modas, hábitos de consumo y demás, habrá que pensar en copiarles hacer las cosas con planeación y disciplina. O tú... ¿cómo ves?
martes, 23 de junio de 2009
¡Hácesela!
Ayer antes de de mi partido de los lunes por la noche, observaba con Mako el partido que va antes cuando alguno de los 14 en cancha gritó el clásico "habilítame" y pensé ¿cuántas frases se dicen en la cancha en el momento del juego?
Aquí una lista de las que me acuerdo:
1. ¡Habilítame!
2. ¡Juega fácil!
3. ¡Ole Gol!
4. ¡Sólo!
5. ¡Ráspala!
6. ¡Hácesela!
7. ¡Pícala!
8. ¡Ya me viste!
9. ¡Toca!
10. ¡Fíltrala!
¿Se acuérdan de más?